Camino por la calle sedienta de emociones. Busco tu mirada
entre los ojos de la gente. Me pierdo entre miradas desconocidas. Continuo
sabiendo que no encontraré una como la tuya. Decido descansar en un banco
apartado de la muchedumbre. Dejando que mi deseo se centre en los momentos que hemos
vivido. Mi memoria recompone en suspiros tus ojos color café. Me siento rendida
al placer de perderme en ellos. Imagino tu piel deslizándose por el banco en el
que estoy sentada. Quisiera transformarme en piedra para poder
acariciarte.
Susúrrame que va a merecer la pena aunque no sea cierto.
Hazlo para que al mover tus labios mis sentidos se aceleren y no quiera dejar
de besarte. O mejor dicho: No pueda dejar de hacerlo.