domingo, 22 de abril de 2012

Fue irreal

Adoraba las historias que tenían un final. Adorar, adorar... bueno no, simplemente le gustaban. Anhelaba la valentía de escribir un punto y final con un rotulador permanente. En cambio detestaba descubrir que todo lo que había vivido no había sido real. Suponía una sensación formada con todas esas palabras que empiezan con el prefijo des-. Si no había sido real era difícil encontrar motivos para sentir que había merecido la pena. Duro, sí, la realidad era así.


2 comentarios:

  1. Yo tampoco sé poner puntos finales. En realidad creo que mucha gente no sabe, y a veces hasta creo que nadie sabe hacerlo. Hay que ser tan valiente para eso.

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  2. Ohhh!!!! Muy interesante leerte, Un placer haber estado por aca. Bendiciones!!

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